Llamémoslo Déjà vu o, parafraseando a Fray Luis de León, “Cómo decíamos ayer…”
Pues, “Cómo decíamos ayer…” Cabría decir que lo importante en estas crónicas es resumir que terminamos ganando. Esta vez tampoco fue pero arrancamos un empate que supo, a juicio del ánimo mostrado por la grada, a victoria contenida.
Y así fue. Si bien es cierto que hubo pequeñas diferencias y cambios sustanciales.
El sábado pudimos ver a un nuevo Bosco 10, reencontrado a si mismo, con excelentes jugadas colectivas que hicieron disfrutar, y mucho, a la grada. Jugadas que, también, hicieron gustarse al equipo.
Al final un empate a tres, que es importante, pero no lo esencial.
Lo esencial es que el juego fue muy bueno en los tres tiempos. Hubo gol olímpico y control del campo. Hubo penaltis. Acertados y fallados. Claro penalti a favor que no fue pitado -el segundo si- y penalti en contra absolutamente injusto. La grada, con la jugada delante de sus narices, entendió (porque así fue) mano involuntaria. Ya saben, despejando, la mano pegada al cuerpo y todo eso… Pero no nos lamentemos. Gran partido.
Y si bien es cierto que, ganar nos gusta a todos, el empate del sábado fue una “pequeña” victoria, pues se van dando pasos hacia la calidad de la que es capaz este equipo, que bien merecido tiene reencontrarse ya con la victoria. Talento y esfuerzo. Luchar todos los balones y no arrugarse ante las jugadas de los rivales cuando rayan en la falta de deportividad, es el nuevo sino del Bosco 10. Bueno, quizás nos toca esto ahora. Pero de todo se aprende. Gran trabajo chicos. Hay que seguir así. Estoy seguro de que esto va a más. Por tanto, felicitaciones a todos, equipo y afición, por el ejemplo, por el juego y por el fair play.
Así se forjan los grandes equipos.
Y termino como empecé, “Cómo decíamos ayer…”
Señoras y señores, concluyamos pensando que ¡¡¡SI SE PUEDE!!!